Monday 15 April 2013

Repaso Semana Santa

Sujeto Alfa: El Autor es en realidad sólo el núcleo duro de los que intervienen en la producción del texto y su circulación de sentido.

En un sentido sincrónico, podemos ver todas las manos que intervienen en esta figura, con la intervención del editor, maestro, discípulos, parientes, amigos, prologuistas, véase agradecimientos etc.)

En un sentido diacrónico, la figura del sujeto Alfa va sufriendo innumerables cambios. El primero y más evidente es el que recibe con una respuesta ya sea negativa o favorable del texto (Rulfo). Otro caso, es el de Salman Rushdie, cuya publicación lo llevó al exilio.

Si nos vamos a una temporalidad más extensa, vemos que el Sujeto Alfa cambia después de muerto. Un ejemplo significativo en la literatura española es el de Góngora y la Generación del 27.

Por último, existen tres casos interesantes sobre la figura del sujeto Alfa: obras de tradición oral "cuyo autor se ha 'inventado' y el de las obras anónimas".

En el primer caso tenemos a Sherezade de Las Mil yUnas Noches y a Homero. En el segundo, al autor de Lazarillo de Tormes.

Los motivos de este anonimato se deben a una visión distinta del autor, como mediadior de las Musas, Dios, los grandes Maestros. También puede tratarse de un anónimato de circunstancia, es decir, censura moral, política, etc.
        
Sujeto Omega: el texto no existe hasta que es observado, es decir leído. La hoja, el objeto material, tiene existencia. No así, el texto, que cobra vida con la "circulación de sentido". El lector se trata de una función inscrita en el texto, más que un sujeto. El texto literario implica este sujeto Omega para su realización, circulación de sentido.

Indeterminación: Existen vacíos o indeterminaciones en todo texto, que permiten que éste se renueve y sea pertinente a varios lectores. El autor puede considerar estas indeterminaciones, como "traiciones" a su intención original. En realidad son lo que permite que el texto sea independiente del autor. (Valery, 44) 

El lector es el núcleo duro del sujeto Omega. Más allá de este núcleo duro que lee y descifra signos lingüísticos, se encuentra aquel que descifra componentes semiológicos más complejos, que tienen que ver con sus lecturas, interpretaciones, ilustraciones, adaptaciones, etc. Hamlet como Mel Gibson (terrible), las ilustraciones de Doré para Cervantes; Edipo Rey; Allan Poe y su foto de borracho.
         Eso hace que ningún acercamiento a un texto sea inocente.

Idiotopo Omega: Hablamos del núcleo duro, lector. 

La lectura se hará más profunda y compleja dependiendo de la amplitud del Idiotopo. De esta manera, los textos innovadores, de difícil lectura por su escaso parecido con otras obras, implican mayor esfuerzo. Por lo general encuentran un público más escaso. Sin embargo, el Idiotopo se verá forzosamente ampliado ya que se trata de algo que combina elementos ya existentes de manera novedosa.

Idiotopo Alfa: Se trata del bagaje cultural consciente e inconsciente del autor o núcleo duro del Sujeto Alfa. En este caso, el Idiotopo Alfa es una suerte de toma de decisiones sobre un tablero de posibilidades formado por las lecturas, lengua, cultural, amistades, familia, etc.

Semiotopo: El texto toma cuerpo en un lugar, donde se ejerce la configuración semiológica formada, inicialmente, de un lenguaje, género literario, figuras retóricas, gráficas, etc. Este lugar se llama semiotopo.

El semiotopo del texto incluye, a su vez, dos campos histórico-culturales distintos: "el contexto dentro del cual se produce el texto, y el campo histórico-cultural al que se refiere el texto". (64) De esta manera, existen en ocasiones analogías entre ambos (novela autobiográfica, realista) mientras que en otras, se trata de una relación de distorsión (novela histórica, de ciencia ficción).

El semiotopo incluye también el canal de transmisión: manuscrito, carta, imprenta, internet.

Por último, cabe señalar que el potencial de interpretación del semiotopo de un texto es muy superior a las capacidades interpretativas de cualquier lector real. De esta manera, los estudios críticos, las interpretaciones realizadas durante siglos van construyendo la grandeza del semiotopo de un texto. 

Ensayo de Ezquerro " Modalidades narrativas e ideología en 'El beso de la mujer araña'"


El objetivo central del ensayo de Ezquerro es analizar las modalidades narrativas de El beso de la mujer araña con el fin de aclarar los motivos de su “heterogeneidad”. Para esto, lo primero que debe hacer es el análisis de dichas modalidades en el texto.

El análisis ubica como primer punto a destacar la falta de un narrador tradicional, en primera o tercera persona, que adopte las funciones que normalemente le corresponden: descripción, narración, etc. En cambio, tenemos diálogos.

La mayor parte de la novela está formada por diálogos entre los dos personajes principales: Valentín y Molina. A diferencia del teatro o del cine, los diálogos no tienen ninguna indicación tipográfica, ni dicendi, ni acotaciones al margen. No tiene ningún soporte visual que indique al personaje que habla. La acción se vuelve, de esta manera, auto-narrada.

Estos diálogos, por su parte, no modifican la estructura principal de la obra como novela. A pesar de la ausencia de narrador, Puig se encargó de diferenciar su novela de lo que podría ser, a su vez, una película u obra de teatro basada en ella. Es decir, El beso de la mujer araña, a pesar de la variedad de sus modalidades narrativas (o quizá por ellas) sigue siendo una novela. 
        
El personaje que narra

La modalidad narrativa más cercana al modelo que tenemos del género novelesco, es la que encarna la voz de Molina. Éste se dedica a narrar películas, actuando dentro de la novela el papel de narrador, en una puesta en abismo.

Este narrador nos deja ver lo que puede ser un “verdadero” narrador, quien proyecta sus cualidades e intereses en lo narrado. También representa el acto narrativo en sí mismo, como un hecho que recrea la realidad para modificarla, recrearla, soportarla. Es un acto hasta cierto punto revolucionario, como el de Valentín: “Narrar es construir un mundo conforme a su propio de seo y a su propia ley, narrar es hacerse dueño del destino, del tiempo, del espacio, de la libertad.” (182)

Frente a lo que Ezquerro llama el “narrador borrado”, Molina construye y modifica con su narracción su experiencia. El núcleo central lo constituyen seis películas, todas ellas de amor, con aspectos fantásticos y de intrigas. Estas películas van a ir integrándose al núcleo de la historia y le darán su significación final. Molina se convierte en una heroína, al sacrificarse por su amor. Y Valentín, en un galán de telenovela que ha soportado la tortura por sus ideales.

Diálogos entre Molina y Director

Estos diálogos se distinguen de los de Molina-Valentín, porque aquí sí se indica el nombre del personaje. Este hecho es significativo, y da pie a varias interpretaciones. Una de ellas, es que, en lugar de una conversación íntima, estamos frente a un interrogatorio oficial.

Monólogos

La manera de distinguir los monólogos del resto de la escritura se encuentra en la diferencia tipográfica: uso de cursivas. Los monólogos aparecen en tres ocasiones distintas. En las tres, se trata de experiencias límite, en las cuales los personajes, enfermos o torturados, deben suministrar su propio alivio.

Estos monólogos revelan la intimidad y evolución del personaje, nos muestran lo que han cambiado en el transcurso de la novela ya que, en el caso de Valentín, por ejemplo, sus imágenes están influenciadas por las películas de Molina.

Informes y documentos

Esta es la voz de la autoridad, la voz represora que aporta, a su vez, gran parte de la anécdota. Ella nos cuenta, por ejemplo, el desenlace de Molina. Al tratarse de una voz impersonal, casi la de un narrador objetivo en tercera persona, aporta también el suspenso.

Las notas

Se trata de una escritura de la periferia. Las notas no comparten el mismo lugar espacial que el resto del escrito, su jerarquía es la de la subordinación. No obstante, en ellas se filtra la voz más autoral, la de ese narrador ausente. Y su intención es justificar-describir a los personajes, especialmente a Molina. De aquí que casi todas ellas traten del tema de la homosexualidad y su justificación teórica.

En conclusión, las modalidades narrativas son diversas y heterogéneas en la novela de Puig. La explicación de esta diversidad la da Ezquerro en las conclusiones. “No es pues fortuiro que, en una novela que pone en escena tantos aspectos del poder represivo, la función narradora, portadora del signo de la Ley, aparezca fragmentada, conflictiva, desembrada”(195)

Ensayo de Ezquerro, "¿Quién es el monstruo?


Este ensayo de Ezquerro se presenta desde el título como un enigma, lo cual no es sorpresivo ya que trata sobre otro cuento, de Quiroga, que es, a su vez un enigma resuelto. El ensayo es de análisis textual, es decir, todo su interés y atención se centra en el cuento. El objetivo es descifrarlo, interpretarlo, entenderlo en un nivel más allá de lo anecdótico, es decir, en un nivel simbólico.

Ezquerro estudia las estrategias narrativas, el espacio, el tiempo, el narrador y los personajes de la historia. Es decir, estudia a profundidad cada uno de los elementos que construyen una obra.

En su decálogo, similar al de Poe, Quiroga afirma que el autor debe saber el final de su historia, antes de empezarla. Si este es el caso, podrá controlar de manera consciente toda sus decisiones en el texto. Ezquerro encuentra varios indicios anticipatorios sembrados en la trama. Dichos indicios se grabarán de manera inconsciente en la mente del lector en una primera lectura:
·      Palabras que connotan frío y rigidez.
·      Estación invernal.
·      La noche permanente.
·      Mención a la cabeza de Alicia, momentos antes del desenlace.
·      Enfermedad como “fluencia”.
·      Alucinaciones de Alicia con monstruos (¿de almohadón?)
     
El espacio donde se desarrolla la historia es frío, cerrado, oscuro. Una vez adentrados en la casa, ya no volvemos a salir. Salvo en la escena del jardín. Esta escena representa un distensión en la trama, un momento de relajación previo al desenlace final. Así pues, el espacio no presenta fisuras  ni escapatorias, adentro de la casa blanca, en silencio y fría, la heroína es víctima.

Las indicaciones de tiempo sirven para acrecentar la tensión. Tenemos, en primera instancia, tres meses de luna de miel. Este es un tiempo indefinido, pero en el que ya se presiente un problema. A esto, le sigue una mención de días y, finalmente, el monstruo “en cinco noches, había vaciado a Alicia”. El tiempo construye la tensión y lo hace de manera irreversible.

El tiempo de la trama es, “tiempo pulsátil”, responde a intereses internos. En este caso, su pulso va en oposición al de Alicia y en concordancia, quizá, con el de Jordán.

En un tercer apartado, Ezquerro sugiere por primera vez su interpretación: el monstruo es Jordán. Para fundamentar su lectura, a ella, Alicia la pinta como una víctima ideal: es rubia, como símbolo de cálida, y sumisa. El animal que la mata, tiene en primera instancia una boa, pero después hay un aparente desliz en la voz narrativa que llama a esta boca, “trompa”, ¿símbolo fálico?

Jordán por su parte es alto e impasible. Resiste con ecuanimidad la enfermedad de Alicia. Su angustia se muestra en sus vaivenes sobre la alfombra. En un análisis puntual del nombre de Jordán, Ezquerro encuentra que se trata del nombre de un río, un fluir, una fluencia. La enfermedad de Alicia encuentra pues, su variante en el nombre de su marido.

Por último, Ezquerro reafirma su postura. El monstruo es Jordán. Para ello, conjunta todas las piezas sueltas y cimenta su interpretación. La “trompa” del animal que succiona la sagre de Alicia, el vaivén de Jordán, la luna de miel y los meses subsiguientes son una imagen de la relación sexual destructiva. El macho es también vampiro que va matando a la mujer como víctima. Por un lado tenemos la frialdad impasible y, por el otro, la calidez que no logra expresar sus emociones.

Se trata con esta interpretación, claro está, de un nivel simbólico. La anécdota se cumple con la muerte de Alicia y el descubrimiento del monstruo. La interpretación simbólica hace del descubrimiento, un encuentro. Jordán y el monstruo son uno solo. 

Thursday 28 February 2013

Repaso


“Dos sujetos del texto”

El Idiotopo Alfa y el Idiotopo Omega se encuentran en el texto o, más precisamente, en el semiotopo del texto. Su relación es recíproca, en lugar de unidimensional. Ezquerro escribe: “el sentido no es sentido (no tiene sentido) si no circula” (33).

Esta afirmación cuestiona la idea del “autor” y su “mensaje único”, para cambiarlo por uno que represente el fluido semántico-significativo constante. El sentido circula en dos direcciones, primero del sujeto Alfa al Omega, pero después en sentido inverso.

“Función de comunicación del texto”

Sujeto Alfa: núcleo duro del sujeto Alfa: autor, pero también, corrector, editor, ilustrador, comentador, crítico, traductor, etc.  

Sujeto Omega: los sujetos que intervienen en el Alfa son, en un inicio, Omegas. Incluso el mismo autor lo es. Pero, más allá de estos primeros Omegas, existe una diversidad de lectores que, en su lectura, modifican de manera invariable el texto original.

El caso de la literatura oral demuestra con claridad, la participación del sujeto Omega en la creación de la obra. Al escuchar la obra, la memoriza y, cuando piensa recitarla él o ella mismo/a, la cambia, la modifica. Estas modificaciones son la historia del texto hasta que llega a estamparse en papel. Para simbolizar a esta cadena de creadores, se ha inventado al bardo por excelencia, a Homero, un ser más mítico que real.

En el caso de la literatura escrita, podemos hablar de “una comunicación in absentia, diferida, indirecta, mediatizada” (36) También de una comunicación plural y abierta, donde intervienen varios factores en el sujeto A y el Ω. Es gracias a esta indeterminación que podemos hablar de una literatura a través de los siglos.   

Wednesday 20 February 2013

Ensayo de Ezquerro "La carta robada"



Este ensayo de Milagros Ezquerro aborda la novela de García Márquez, El coronel no tiene  quien le escriba. Lo primero que hay que preguntarnos es el significado del título. Si la hipótesis principal de Ezquerro se cimenta en los motivos de la “espera” y su tema es “la esperanza” y la “frustración” llamar al ensayo “La carta robada” es anticipar un final poco optimista. Es afirmar que, a pesar de los anhelos y luchas del Coronel y su pueblo, el resultado ya está dado por fuerzas ajenas al sistema; alguien tomó la carta, la robó, de nada sirve cualquier lucha. Claro que esta es sólo una opinión subjetiva, personal, pero para quien sepa leerla, complementará el significado de la obra de manera importante. Otra interpretación posible, es una alusión erudita al cuento de Poe, donde, para entender su significación, habríamos que relacionarla con el texto. Una posible interpretación es que el resultado de la lucha entre frustración y esperanza siempre estuvo ahí, la carta era visible a todo el mundo, menos a los más interesados en ella: otro final pesimista. 
      Vayamos ahora a la hipótesis central: “una interpretación ideológica que mucho tiene que ver con el idiotopo del receptor y con el sujeto alfa como visión particular que de él tiene el sujeto omega” (85) En otras palabras, el centro de la investigación será el sujeto alfa como voz, reproductor de un cierto idiotopo omega; se trata una visión del sujeto alfa como narrador, escritor, voz, del sujeto omega.
         Antes, no obstante, es importante analizar la obra, sus partes y su semiotopo.
       En principio, Ezquerro realiza un estudio pormenorizado de la obra. Más que relatarnos el “asunto”, lo analiza verdaderamente en base a “motivos” y “tema”.
        (El asunto “es el argumento central de la fábula” “lo que aparece en una primera lectura” (85) “lo que el asunto es en la organización aparente”, el tema “lo es en la organización interna”, el tema es “la clave, la fuerza organizadora” (86). Por último, motivo es “una situación, un ser, un objeto definido, que, en la organización aparente, se dan como secundarios o accesorios con relación al asunto, y en la organización interna pueden ser, o bien avatares particulares del tema, o bien otros componentes de esta organización, orquestados por el tema.” (86) Es decir, para llegar al tema, que es la clave interpretativa del texto, tenemos que identificar, en primera instancia, el asunto, luego los motivos.)
La decisión de los motivos no es arbitraria, se encuentra bien justificada en el texto. Así pues, desde el texto, en seis motivos distintos (organizados inclusivamente en gráficas, para su mayor significación), llegamos a la obtención del tema principal: la frustración y la búsqueda de esperanza en ella implícita.
De ahí, del texto, saltamos al semiotopo.
En el semiotopo, Ezquerro se enfoca en dos elementos primordiales: tiempo y personajes.
En el caso del tiempo, realiza una división del tiempo histórico y el de la ficción.
En el primero, tenemos un año de esperanza, 57, precedido de medio siglo de guerras, muerte y frustraciones políticas. Como dato interesante, el autor, sujeto alfa, inscribió al final de la novela, la fecha y lugar donde termina el proceso de escritura. Este lugar es París (en específico Hotel Sorbonne) y el año, es el posterior a la conclusión de la novela. Este hecho es importante, porque el narrador se inscribe de esta manera dentro de la expectativa del pueblo entero para una nueva lucha, del gallo, y también porque, en cierta manera, termina por escribir al Coronel. 
El tiempo de la ficción, particulariza este otro tiempo, en el caso específico del año 56: el invierno como tiempo de prueba, guerra de sobrevivencia, y el mes de diciembre como la posibilidad de un nuevo enfrentamiento. También tenemos en evocaciones, los años de lucha del Coronel, la muerte de su hijo y la del músico, ese mismo año.
De esta manera, concluye Ezquerro, García Márquez inicia un proceso que desarrollará después con sus mejores novelas, de “metaforización, simbolización o mitificación de la Historia” (101) mediante las relaciones estrechas del tiempo ficcional y la actualidad política. Este proceso, ubica al narrador como herramienta indispensable para escribir, dar significado, a la Historia. Y a García Márquez, como alguien que realizó dicha tarea, describiendo lo latinoamericano bajo metáforas o símbolos generales, la soledad y la frustración, mientras que al latinoamericano, con folclorismos y particularidades exóticas, la peleas de gallos y la superstición religiosa.
Vayamos ahora a los personajes.
Ezquerro ubica una simpatía entre el narrador y el personaje principal. Una manera de argumentar esto, es que el narrador sólo tiene acceso a la mente de dicho personaje, ve la realidad a través de sus ojos. No es, sin embargo, una simpatía total, existe un sesgo notable de ironía frente al Coronel. Se trata, mejor dicho, de un alineamiento de valores, donde los que representa el Coronel (honradez, ingenuidad, infantilismo, idealismo) les son más afines que otros.
Y aquí la conclusión que refuerza la hipótesis inicial. Si el idiotopo alfa se encontraba influenciado o determinado por un sujeto omega, se trata de un cierto “tipo” de sujeto omega. Es un sujeto omega que lo ubica a él como traductor, voz, como alguien que lo escriba, lo defina, le dé vida. Ezquerro dice “el sujeto productor comparta el estado de frustración de la sociedad, y que experimente su acto de escritura como una satisfacción simbólica, para él y para la colectividad que representa.” (107) Regresamos, pues, a la imagen del Bardo de una sociedad silenciada, frustrada. Se trata de una visión redentora y pesimista donde, más allá del juego de la esperanza y la frustración, queda el testimonio, la carta, el escrito de la lucha.